“Todas las mujeres somos capaces de lo que deseamos; todas lograremos las mil metas que queremos, aunque sea un mundo que digan que es muy cuadrado”. Con esta afirmación, Andrea Fallas Valverde, una de las cuatro mujeres choferes que integran la planilla de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), está convencida de que es posible crecer en ámbitos que, usualmente, no son tan comunes, como es el caso de su oficio.
Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer como un recordatorio de la lucha de las mujeres de todas las edades por un mundo más equitativo y con igualdad de oportunidades. Para este 2025, la CCSS honra a esas mujeres que, con mucho orgullo, representan a la institución desde sus distintos puestos de trabajo.
Para Andrea, quien tiene cinco años de desempeñarse como chofer en diferentes dependencias de la CCSS, su día a día comienza con una revisión detallada del vehículo antes de salir a carretera. “Es muy importante verificar las cosas básicas, como que las llantas no estén desinfladas, tener combustible —normalmente me gusta que el tanque esté lleno—, revisar el aceite, el coolant (líquido refrigerante) y que tenga el aceite hidráulico”, señaló Fallas Valverde.
Esta amante de los motores, gusto que heredó de su padre, cuenta con licencia para conducir motocicleta, automóvil, camión y equipo especial. Además, destaca que, hoy en día, saber manejar es una necesidad más que un lujo.
“Cada granito que uno va aportando al mundo fortalece a otras mujeres en los ámbitos en los que quieran crecer”, exclamó la funcionaria.
En el marco de esta fecha conmemorativa, el llamado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es que el 2025 sea el año para actuar por y para todas las mujeres en un mundo profundamente desigual, con miras a un futuro en el que no se deje a nadie atrás.
HOSPITAL CIUDAD NEILY RESURGE AL MANDO DE UNA MUJER
Otro caso de éxito que enorgullece a la institución es el de Marcela Leandro Ulloa, directora médica del hospital Ciudad Neily, ubicado en la zona sur del país.
La doctora Leandro se convirtió, hace cuatro años, en la primera mujer directora de este establecimiento de salud. Hoy es, además, la única mujer con cargo de dirección en toda la región Brunca.
“¿Qué haría yo si no tuviera miedo?” A través de esta interrogante, Marcela Leandro tuvo que responderse a sí misma cuando se presentó la oportunidad de dejar su anterior cargo en el hospital San Rafael, en Alajuela, para asumir una jefatura a más de 200 kilómetros de la capital.
“Junto con mi familia nos echamos al agua, y ha funcionado. Cualquier cosa que uno quiera se puede lograr, siempre y cuando confiemos en nosotros mismos”, expresó la galena.
Según narró la doctora Leandro, al principio no fue sencillo, ya que no había confianza en su trabajo, en su capacidad de liderazgo ni en su visión para lograr cambios positivos en el hospital, tanto para los funcionarios como para los pacientes.
“Tuve que demostrar que era capaz. Mi estilo de trabajo no es ser autoritaria; yo creo en el trabajo en equipo. Aquí o ganamos todos o perdemos todos, porque lo hacemos en conjunto y siguiendo una misma línea. Mi equipo de trabajo es fabuloso, y el personal del hospital es muy trabajador”, aseveró la directora.
Un mayor acercamiento a las comunidades, la coordinación con la Junta de Salud del hospital, asociaciones y organizaciones no gubernamentales, la atención a la población migrante y la mejora en el acceso a los servicios de salud para la población indígena son solo algunos de los logros que han destacado desde que la doctora Leandro asumió el cargo. Estos avances han sido posibles, en gran medida, gracias al compromiso del equipo del hospital Ciudad Neily.
“Yo soy otra más del equipo, y eso me encanta. No soy la directora, soy una más del equipo que los apoya para que todo salga bien”, concluyó con satisfacción la doctora Marcela Leandro.
Bajo el lema de la ONU “Para las mujeres y niñas en toda su diversidad: derechos, igualdad y empoderamiento”, la CCSS celebra a las mujeres todo terreno que integran su institución y quienes son dignas de imitar por toda la sociedad costarricense, demostrando que, muchas veces, los límites solo están en la mente.